Vicente Benavides: asolando la Frontera (Parte I)

Mi estimado amigo: Hace poco tiempo logré llegar al Ejército, después de los innumerables trabajos que he pasado durante mi prisión con los insurgentes, además de cuando me sacaron de noche para pasarme por las armas, escapé por obra de milagro, con el pescuezo casi cortado, que hasta ahora me hallo algo envarado, son en vano los esfuerzos de los enemigos cuando Dios se opone a sus designios, como ha pasado por mí en sus acontecimientos.
Extracto de una carta escrita por Vicente Benavides a su amigo José María Zapata una vez que estuvo devuelta en el sur.


Hace unos meses atrás, comenzamos la narración sobre Vicente Benavides y lo dejamos conversando con San Martín, luego de haberse cambiado la chaqueta un par de veces en ambos ejércitos. Prisionero en Maipú, condenado a trabajos forzados y luego sentenciado a muerte, donde salva milagrosamente.

Mientras pasa esto, en el Sur, las fuerzas del Rey se repliegan y refuerzan en Talcahuano formando una línea defensiva en la Provincia de Concepción. Se apoderan de ciudades y poblados: Chillán, Los Ángeles, Concepción y Talcahuano, La Isla de Laja más los fuertes de Arauco, Tucapel, Valdivia y Chiloé, e incursionan más al norte del Bío Bío apoderándose de Parral.

Los republicanos, concentrados en formar la Escuadra Libertadora, envían un pequeño contingente a acabar con lo que se consideraba una fuerza menor e instalan su cuartel general en Talca. Desde ahí se recuperan Parral, San Carlos y Chillán.

Osorio, encerrado en Talcahuano recibe la orden de marchar a Lima con todo lo que pueda a apoyar la causa del Virrey Pezuela y deja a Francisco Sánchez al mando con la instrucción de replegarse al sur si fuera necesario. Éste así lo considera y cuando pierden Chillán y Los Ángeles comienza la evacuación de Concepción marchando a Los Ángeles.

Entre tanto, en Santiago, O'Higgins nombra a Ramón Freire como intendente de la provincia de Concepción y lo envía hacia el sur en espera de la llegada del brigadier Balcarce quien queda a cargo de la Campaña del Sud. Y as ahí, cuando, estando en Chillán, Freire ve llegar a don Antonio Merino conduciendo a un arriero con la recomendación directa de San Martín como el hombre ideal para servir como espía: este era Vicente Benavides.

Balcarce comienza su campaña persiguiendo a Sánchez quien cada vez se va más hacia el sur en una columna inmensa donde viajan familias enteras, animales, curas y monjas. El brigadier quiere terminar pronto y evitar el derramamiento de sangre y encarga a Vicente se contacte con los indios para convencerlos de quitar el apoyo a Sánchez y de incentivar la deserción en las tropas realistas. Según el cronista Torrente, esto fue ideal para los planes de Benavides y engañaba a todo el mundo teniendo ocasión de actuar por su propia cuenta.

Benavides con efecto ya fuese por disfrazar mejor sus planes o verdaderamente porque hubiese llegado a ser alucinado pasó a servir al lado del general Alcázar que mandaba en aquella época la citada provincia de Concepción i aun se supone que se debió a los útiles consejos de este campeón la toma de la isla de Lajas i del fuerte de Nacimiento así como el resultado feliz de esta campaña.

Como fuera, en algún momento de la misión que se le confiara, Benavides decide nuevamente cambiar de bando y olvidar la palabra empeñada a San Martín y cuando Sánchez nuevamente decide internarse en el sur, señala que viaja a Tucapel con apenas mil hombres dejando para ausilio i defensa de la frontera al capitán graduado del batallón de Concepción don Vicente Benavides con una división de 500 hombres del país.

Con el enemigo vencido, huido y desmoralizado, Balcarce da por terminada la guerra creyendo imposible que se pudieran rearmar. Así lo informa y parte hacia la capital, no sin antes recomendar a Freire y Thomson que sigan confiando en Benavides.

Vicente Benavides, que me ha dado noticias importantes durante el tiempo de la permanencia del enemigo en Nascimiento, se encuentra en Angol reuniendo dispersos que andan en los bosques y cordilleras y procurando atraer a los indios a nuestra amistad.



Ocurre también un incidente que fue el punto de inflexión en la decisión de Benavides. Mientras se hallaba en Angol reuniendo tropa, no se sabe si para él o para Balcarce, su esposa Teresa Ferrer lo esperaba en el campo de Freire donde sufre el avance amoroso de un capitán patriota generando un estallido de celos y venganza en su marido.

Quedo impuesto de los jenerosos sentimientos que espresa US. en oficio dle 30 del pasado que me remitió con mi esposa que juzgaba víctima de la sofocación del capitán don R.N., siéndome mui sensible los resultados...

A partir de entonces inició sus correrías. En Junio disponá de 800 jinetes apodados los Dragones de la Nueva Creación. El 19 de Julio saqueó Tucapel, matando a los hombres y ancianas, raptando a las mujeres. Para capturarlo, el coronel Pedro Nolasco Victoriano a cargo de Chillán, tomó parte de su guarnición en una expedición a Tucapel; Benavides aprovechó de atacar la ciudad pero los habitantes lograron defenderla. Cuando Victoriano se enteró, atacó a Benavides en Quilmo derrotándolo. Poco después, Benavides saqueaba Nacimiento y Rere, mientras enviaba a Picó a Perú a conseguir refuerzos, armas y el ascenso en su carrera militar.

Los indios nunca se unirían a la causa, la gran mayoría de los caciques apoyarían a Benavides, quien pronto reuniría bajo su mando directo a más de 200 milicianos en Arauco, los fusileros del Cantabria, milicianos de Seguel en Playa Negra y los de Bocardo, Zapata, Pedro López, Tiburcio Sánchez y Antonio Pincheira logrando en total, reunir más de 1700 hombres sin contar las lanzas araucanas.

Freire intentó el cambio de prisioneros con Benavides enviando un emisario a Santa Juana donde éste se había instalado pero no pudo concretar la entrevista ya que Benavides declaró que no enviaría prisionero alguno mientras se retuviera a su mujer, una vez enviada ésta, se avenía a negociar.  Envío entonces Freire al teniente Eugenio Torres con un escuadrón y Benavides, astuto, devolvió a Riveros que había sido hecho prisionero en Nacimiento. Al verlo Freire se confió y envió a la mujer del bandido pero éste, una vez llegada su esposa a Santa Juana, les ofreció una cena para celebrar. Una vez terminada la comida, tomó prisioneros a toda la delegación y exigiéndoles que se pasaran a sus filas, los encarceló. A aquellos que se negaron, alrededor de 14 fueron puestos en una celda aparte. Durante la noche, medio ebrio, entró Benavides sable en mano y los mató uno a uno.

La reacción no tardó en llegar y en sucesivas derrotas fue sacado de Santa Juana y huye casi sin hombres por la montaña. Pero nada detiene a este caudillo. Cada vez que era derrotado, se tomaba el tiempo necesario y volvía a la carga con más hombres, caballos y municiones. Eran las mismas gentes del sur que, cuando comenzaron las guerras de independencia, iniciaron la fuga hacia los bosques y montañas creando verdaderos asentamientos escondidos en la espesura. Vivían del robo y el saqueo de sus hombres, además de los dineros de aquellos que tenían fortuna. Conocidos como los emigrados, fueron quienes siempre apoyaron a la causa del Rey y no permitirían que esta guerra a muerte se acabara pronto.

Todas las poblaciones entre el Maule y el Bío Bío se habían fortificado cavando zanjas en sus calles y levantado reductos en los ángulos de sus plazas en un intento de generar seguridad, pero no había armas ni cañones disponibles para la defensa, como queda de manifiesto en Los Ángeles cuando Alcázar solicita ayuda al gobernador y éste le envía todo lo que tiene para la defensa de la plaza: dos fusiles y cinco paquetes de cartuchos...

El campo de operación de Benavides era muy amplio. Donde no estaba él, llegaban sus capitanes y montoneros por suerte que los ataques a los reductos patriotas se hacían casi simultáneamente en distintos frentes. Pero los soldados y milicias de la patria, apenas sin armas y caballos daban la pelea fieramente matando a bandoleros y fusilando a quienes asolaban la comarca.  Bandidos van quedando pocos ya, escribía el general Freire al director O'Higgins el 22 de agosto, porque ya se han fusilado más de trecientos. Sin contar los muertos en batallas y los pasados por cuchillo.



Hostigando siempre a los patriotas, burlando sus defensas, tomando todos los víveres y recibiendo constante apoyo del pueblo, Benavides no se rendía pese a las derrotas sufridas. Freire consideró que debía cerrar el paso por mar para que no se recibieran refuerzos desde el sur y despachó la goleta Moctezuma a foguear Arauco. Pero no fue suficiente y Benavides recibió refuerzos, municiones, armas y un cañón desde Valdivia a principios de Noviembre. Es aquí cuando comienza la vida de pirata de Benavides tomando la fragata inglesa Dolores que estaba en Arauco. I cómo hubiese barado en tierra una lancha, le ocurrió a Benavides apoderarse por sorpresa embarcado por su órden el teniente coronel don Antonio Carrero con doce hombres i protegido por la oscuridad de la noche, abordó silenciosamente al referido buque, e hizo prisionera su tripulación de cuya suerte participó un capitán de ingenieros, cuñado del director, O’Higgins Era este don Agustín Borne. También estaba sobre el barco don Francisco Campos con su hijo de ocho años, todos muertos por el sable de Benavides.

Con fecha 27 de Agosto de 1819 Benavides daba la instrucción de no dejar prisioneros. Soldado caído en batalla era muerto allí mismo. Y el ejército de Chile recibía la misma orden. Se declaraba la guerra a muerte.

Siempre devoto de la Virgen del Carmen, Benavides se granjeó las simpatías de los curas del sur, quienes lo apoyaron abiertamente convenciendo a las poblaciones desde el púlpito e incluso en las armas sirviendo como soldados aguerridos en el campo de batalla. Daban la bendición antes de cada batalla y confesaban a los prisioneros antes de degollarlos, además servían de secretarios para escribir proclamas, misioneros entre los indios y también asesinos. Freire confesaba haber matado ya a 300 montoneros más los soldados en batalla, pero a las mujeres, niños y ancianos dejaban libres. Las hordas de Benavides quemaban y saqueaban pueblos enteros sin perdonar siquiera los recién nacidos. A las mujeres las raptaban y repartían sin miramientos entre los soldados y los indios y los campos eran arrasados por el fuego. Pero eran bendecidos por los sacerdotes que justificaban como derecho divino la restauración del Rey.

Como sabemos no actuaba solo y su lugarteniente más destacado fue, sin lugar a dudas, Juan Manuel Picó, un español venido del norte, genio militar y que le consiguió las mejores victorias a su causa. Fue suya la victoria en Pangal, cuando seguido por los Dragones de O'Carrol, gira en redondo y lo enfrenta si más, divide en dos su propia columna encerrando a los patriotas en un cerco de muerte diciéndoles que cargarían a sable y lanza imponiendo pena de muerte a quien disparase un tiro. O'Carrol ordenó descargar fuego de fusil y cañón sobre el enemigo que se paralizó por momentos quedando ambos bandos tan cerca que podían tocarse las armas. O'Carrol olvidó dar nuevamente la orden de cargar que sus dragones esperaban, así que sacaron el sable dispuestos a la lucha pero los bandidos no se movían. 

El enemigo, dice uno de los soldados del cuerpo de O'Carrol, dió la voz: "Enristren lanza i carguen, hijos de p..." mas como a nuestro comandante se le olvidó dar la voz de carguen, sucedió qe una i otra línea estaríamos más de cinco minutos mirándonos la cara. Ellos con lanza enristrada que nos formaban un tejido de ellas por encima de las orejas de sus caballos i nosotros sable en mano.

Fue una verdadera matanza en Pangal. 300 cadáveres entre dragones, artilleros, infantes y milicianos quedaron en el campo. Allí quedó el joven Carlos María O'Carrol, a dos años de haber llegado a Chile. Cuando se dio cuenta de la situación, mostró todo su valor defendiendo a sus dragones con el ejemplo, pero sintió su brazo detenido por un lazo, arma que no conocía y le fue imposible seguir. Sus mismos dragones hicieron lo propio muriendo en su defensa. Llevado ante Pico, recibió la orden de prepararse a morir. Cuatro tiros de carabina terminaron con él. Pico celebró su victoria fusilando en el lugar a lso 23 sobrevivientes.

El comandante Cruz logró reunir a sus cazadores huidos y envío a uno con un aviso a Alcázar de la derrota en Pangal pero fue interceptado por Benavides, que había sido recibido en el campo con salvas de los cañones capturados, y falsificando la firma de Freire, dio a Alcázar la instrucción más conveniente para ellos. Debería abandonar Los Ángeles a través del Laja por el vado de Tarpellanca para ser socorrido desde Concepción.

Alcázar no cuestiona instrucción y actúa en consecuencia evacuando la ciudad ya de por si, empobrecida y en ruinas. Trescientas familias enteras que quisieron marchar con él defendidos por un puñado de soldados con la esperanza de conservar la vida; comenzaba el penoso éxodo cuando llega Benavides con Pico a atacarlos sin miramientos.

El mariscal logra contener el fuego durante 13 horas continuas. Peleaban los soldados con fiereza mientras las mujeres les mordían los cartuchos para que cargaran más rápido. Ya no se luchaba por la patria sino por la familia, por los hijos y mujeres de cada cual, por la vida misma.  Un pueblo entero encerrado en una pequeña isla al medio del vado encerrado por hordas de salvajes, soldados y montoneros dispuestos a todo. Pero, cuando ya se ve en crítica situación, sin municiones, sin comida, con niños, ancianos y enfermos a su cargo y un contingente apenas alimentado, decide morir en la lucha. Su junta de guerra lo convence de capitular en beneficio de los civiles y firma un pacto con Benavides donde se le dará pase libre hacia Santiago, la oficialidad prisionera y se respetará la población. Una vez firmado, saca Benavides lo peor de sí. No contento con no respetar lo pactado; los niños, enfermos, esposas e hijas de los rendidos fueron blanco de las lanzas de los indios y de su lascivia. Las carretas de los enfermos fueron el pasatiempo de los desalmados que jugaban a ensartan por las puertas a quienes estuvieran adentro. Se repartieron a las mujeres entre la soldadesca y los indios, y la ciudad fue saqueada y quemada. Durante ese mismo día, a todos aquellos que presumía comprometidos con la patria, los hizo desaparecer.




Mientras tanto, se llevaban Alcázar y a los soldados a San Cristóbal. Exigió Benavides se pasaran a su bando pero como ninguno quiso, los mató a sable y lanza para que tuvieran una muerte lenta. El Capitán Aros, al conocer la intención de sus verdugos, sacó su cortaplumas y desgarrando sus galones y su gorra, los arrojó al rostro y se cortó el cuello. Murió diciendo que prefería esa muerte honrosa a que lo mataran unos traidores.

Mientras Alcázar y el gobernador Ruiz eran separados de la tropa, numerosos indios los rodeaban, a la voz del lenguaraz Sánchez, corrieron a toda velocidad sobre los dos hombres y los ensartaron con mil lanzas a la vez descuartizándolos y peleando por la tenencia de sus miembros. Sacaron el corazón de Alcázar aun vivo y lo llevaron a las reducciones indias para ser exhibido como trofeo de guerra y sus aliados empaparan las flechas con su sangre. Tenía el mariscal, 68 años; era el 28 de Septiembre de 1820.



Mariscal de Campo Pedro Andrés del Alcázar y Rodríguez de Zapata y Sanhueza


Continuará...




Fuentes:

- La guerra a muerte. Benjamín Vicuña Mackenna
- Estudio sobre Vicente Benavides. Diego Barros Arana
- Historia General de Chile. Diego Barros Arana
- Relaciones históricas. Benjamín Vicuña Mackenna
- Historia de la Revolución de Chile. Mariana Torrente
- Historia Física y Política de Chile. Claudio Gay
- Extracto de un diario de viaje a Chile, Perú y México. Basilio Hall
- Revista de la Guerra de la Independencia de Chile. José Ballesteros

Recetario Magistral en la América española




Para complementar el post anterior, comparto algunas recetas "destacables" usadas durante la Colonia y que estaban cotidianamente en las boticas de nuestro país. Quedó un poco larga, pero encontré interesante ver, a través de los medicamentos, la concepción del cuerpo y sus enfermedades en una época en que estaba prohíbida la anatomía y la iglesia sostenía que la enfermedad era consecuencia directa de los pecados.

Aceite Vulpino: Debe elegirse un zorro gordo con la piel recién mudada. Se eliminan sus intestinos, su huesos se despedazan y desmenuzan; se agrega sal común, sumidades de anís, tomillo, hierba de San Juan, vino blanco, salvia, romero y aceite de oliva. Sirve para el reumatismo, la ciática y la gota, pues disuelve los humores contenidos por los nervios. Se aplica caliente y en forma local.

Agua de Yerbabuena de Quercetano: Contenía polvos de yerbabuena seca, díctamo de Creta, raíces de lirios de Florencia, polvos de la simiente de agno casto, ruda y lechuga, trementina de Venecia y vino blanco. Puesto todo en alambique se pondrá a destilar en el baño a vapor. El agua que destila se pondrá en vidrio tapado. Esta agua es muy buena para la gonorrea virulenta e inveterada y para las flores blancas. La dosis es una o dos cucharadas por la mañana según produce su efecto, habiendo purgado primero al enfermo con alguna preparación mercurial. También es buena para las úlceras de los riñones. Las semillas, hojas y flores de agno casto, esparcidas en la cama o debajo de ella, servían como antiafrodisíaco y para aminorar o extinguir la concuspiscencia y tener deseos puros.

Agno Casto, componente principal del Agua de Querétaro que evitaba los pensamientos impuros
Agno Casto para tener pensamientos puros

Agua de capón: Vulgarmente era llamada Agua de la Palata y contenía un capón eviscerado, ranas, tortugas, migas de pan recientemente preparado, hojas de borraja y agua. Constituía uno de los tónicos que gozaban de mayor favor como analéptico, es decir, para restablecer las fuerzas aniquiladas en enfermedades muy prolongadas. Era el tónico de los convalecientes.

Agua de la Reina: Su nombre exacto es Agua de la Reina de Hungría y es un alcoholado de romero que se usaba en apoplejías, letargo, parálisis y pasión histérica.

Agua del Carmen: Empleada hasta hoy como Agua de las Carmelitas, es un alcoholaturo de melisa que se utiliza como sedante del sistema nervioso.

Agua de ojos: Entre varias aguas para los ojos rojos, es decir, para la conjuntivitis, tiene una mención especial el Agua Oftálmica Mercurial, comúnmente llamada Colirio Mercurial de Conrad, constituída por cloruro mercúrico, goma tragacanto, agua de rosas y láudano líquido.

Agua fuerte: que no era otra cosa que Ácido Nítrico. Se utilizaba como caterético, para destruir escrescecias y verrugas, para estimular úlceras atónicas y encontraba sus principales indicaciones en la devastadora gangrena hospitalaria.

Aceite de alacranes: se preparaba ahogando alacranes en aceite de almendras y manteniéndolos en infusión. Se utilizaba como contra veneno de la picadura de alacrán, para disolver cálculos renales y vesicales, ya aplicado exteriormente o introducido por la uretra. Las cenizas de alacrán vivo para las afecciones del riñón y la vejiga. Tomados al interior facilitaba de la orina detenida por el cálculo y en las orejas mitigaba el dolor de oídos.

Estiércol: Uno de los remedios más comunes de la época era el Album graecum, llamada también canina o azúcar de perro. Se preparaba con excrementos blancos de perro alimentado con huesos durante varios días. sobre un mármol se lavaban con agua de llantén, se les amasaba hasta darles consistencia, cortaba en trocitos y desecaba para usarlos. Se utilizaba para el dolor de muelas, afecciones de la garganta o para tener un buen estómago.


Azúcar de perro o Album graecum para fortalecer el estómago

Ulpada: Se prepara una mixtura de flores de arrayán, claveles y rosas o cualquier flor de fuerte aroma y vivos colores. Se hace con ellas una infusión en la que se deslíe el excremento y todo se cuela en un trapo. La mas corriente de las ulpadas era la de excremento humano que se deslía en agua caliente y se usaba contra la picadura de la araña de trigo o de poto colorado. La de estiércol de caballo o vaca se usaba contra la lepidia calambre (gastroenteritis aguda). La de excremento de ratón se usa para hipo. En infusión de apio, cáscara de naranja, anís y pelos de choclo para la puntada, es decir, neumonias y pleuresías.

Azogue: Fue por más de un siglo la única droga utilizada contra la sífilis, en forma de ungüentos: del soldado, napolitano, etc. también usado contra el estreñimiento rebelde del vientre y vólvulo que no acompaña inflamación. Se decía que quien comía oro estaba libre de sus efectos tóxicos: "y así cuando han de andar con azogue y fuego, suelen tomar un peso, digo un castellano de oro en polvo y lo tragan, y como se queda en el estómago, cualquiera azogue que en hmo le entre a una persona por la boca, narices, oídos y ojos, en sintiendo oro cerca lo desampara todo, y se acoge y se abraza con su amigo el oro con que queda la tal persona libre del daño que le pudiera causar, y después por la vía ordinaria lo echa junto con el oro hasta que el fuego vuelve a deshacer la unión".

Ungüento mercurial para tratar la sífilis

Bálsamo de cachorros: Se tomaban tres perros recién nacidos y se cocían en aceite común; a continuación se agregaban lombrices, aceite de sumidades de orégano, tomillo silvestre, poleo, hipericón, mejorana y trementina. Al cabo de quince días, se colaba. Se consideraba excelente nervino, se usaba en la gota, en casos de parásilis y en general, en todas las afecciones del sistema nervioso ya que "tonifica las partes débiles" y era bastante utilizado en caso de humores fríos.

Bálsamo de Saturno: Llamado también aceite de Saturno o bálsamo de Goulard. Es una mezcla de acetato de plomo en polvo con esencia de trementina. Útil en las inflamaciones cálidas, úlceras, sarna y escoriaciones.

Bitumen Judaico: Es el asfalto o betún de judea, materia mineral viscosa resinosa que procede de la destilación del petróleo. Se disuelve y reblandece la sangre coagulada, provoca la menstruación y detiene la putrefacción.

Cáñamo: Las semillas de Cannabis sativa, llamadas cañamones se usaron para preparar emulsiones dulcificantes y diuréticas. Su infusión se usó en la gonorrea y en emulsión, para la cistitis y calmar dolores.

Castóreo: Aceite de castor. Se obtiene de las bolsas que tienen los castores, hembra y macho, a un costado de los genitales exteriores. Se dejaba secar y cortaba en trozos de color marrón. Se utilizaba como antiespasmódico, en el histerismo, hipocondría, neurosis, apoplejía, parálisis, epilepsia. Se consideraba antiácido, detergente, diaforético, carminativo, cefálico, nervioso alexifármaco.

Colapies: Colla piscis, cola de pescado, es la vegija natatoria desecada de varios peces cartilaginosos, especialmente el esturión. Se emplea disuelta en diversas inflamaciones viscerales.

Colcótar: Es óxido férrico impuro. La llamada sal de vitriolo (ácido sulfúrico) se obtenía con colcótar y agua hirviente. Se usaba como emético y en modo especial, se "aplica a las narices para descargar y purgar la cabeza".

Cráneo humano: El cráneo humado pulverizado gozó de un prestigio no superado por ninguna otra droga, durante varios siglos, en el tratamiento de la epilepsia. El componente principal debía ser un cráneo inhumado de un hombre joven que hubiere fallecido violenta o repentinamente. Se le empleaba en la apoplejía y en todas las afecciones del cerebro, se le consideraba como excelente antídoto y se le suponía capaz de facilitar la transpiración y detener los flujos de vientre.

Aceite de lobos para el reumátismo


Diente de jabalí: para tratar la pleuresía, pero luego se utilizó en la misma dolencia el preparado de príapo (pene) de ciervo.

Emplasto contra la rotura de pelle: esto es, contra la hernia. En su preparación entraban más de 25 ingredientes, entre ellos, lombrices disueltas en vino, pez negra, sangre de toro y mumia.

Enjundia de cóndor: la enjundia era la grasa de cualquier animal o humano. En el caso del cóndor, se le recetaba por "resolutiva y nerval ya que se estima la manteca de los buitres contra las enfermedades de los nervios, y a carne comida es buena para la epilepsia y la jaqueca".

Enjundia de gente: Aceite humano, se usaba para embellecer el cutis. 

Enjundia de león: Aceite de grasa del entrecejo de león. No especifica su uso.

Enjundia de perro: Medicamento específico para la tuberculosis.

Enjundia de puerco: Manteca de cerdo. Se utilizaba como emoliente para la fabricación de emplastos, cremas y aceites. Se le conocía como unto sin sal.

Esperma de ballena: es la sustancia grasa que se encuentra en los senos frontales del cachalote. Se recomienda para la disentería, contusiones, resolver la coagulación de la sangre y suavizar dolores. Además se recetaba para las mamas endurecidas por obstrucción.

Frutilla: El cáliz de esta planta se recomienda como infusión en indigestiones y diarreas. La raíz se usa para la disentería, diarreas crónicas y hematurias. Contra los abortos ya que "tiene la virtual de que cocidas sus raíces y después coger un pedazo de greda y quemarla hasta que esté hecha ascuas y apagarle aquel cocimiento, es grande remedio para la mujer que quiere malparir, porque en bebiendo aquel cocimiento se detiene la creatura y se sosiega la madre". Se recomendaba también el pezón de frutilla junto con la bosta de caballo para la indigestión y la lepidia calambre.

Jabón de Castilla: Los jabones que se usaban en medicina eran los de Venecia y de Castilla, en Francia llamado de Alicante. Se les prescribía generalmente en píldoras y estaba indicado en las obstrucciones viscerales, pero su propiedad más destacada era servir como detersivo del hígado en la ictericia "si el enfermo no escupe sangre, que es síntoma de ictericia desesperada".

Lagarto: El estiércol de lagarto seco se usó como colirio. Para el saratán (cáncer de piel) las lagartijas, después de botarles la cabeza y cola o polvos de culebra. El aceite se usó para hacer nacer y crecer el cabello y para la ptosis intestinal, se colocaba sobre el abdomen del enfermo, previamente bañado en aceite y espolvoreado con polvo astringente, compresa y buen vendaje para mantener el intestino en su sitio.

Lentejas: en polvo y mezcladas con harinas de otras legumbres, se espolvoreaba sobre las pústulas de viruela previamente pinchadas con agua de oro. De esta forma, se evitaban las cicatrices.

Lombrices: Tenían muchos usos como son: el espíritu (maceración en alcohol) y la sal de lombrices en ungüento se usaba contra el pasmo, reumatismo y otras afecciones de los nervios. Muertas y aplicadas en los dientes cariados, en caso de dolor, eran analgésicas. Lavadas y hervidas en vino blanco, contra la ictericia. En maceración de vino tinto y aceite de olivas era tónico para dolores musculares y contracturas. 


Lombrices muertas para el dolor de muelas


Marfil:  polvo o raspadura de marfil de los dientes de elefantes, hipopótamo o narval. Polvo de marfil preparado sin fuego, coral rubio preparado, nitro depurado, madreperlas preparado, cinabrio nativo y cinoglosa, disueltos en cocimiento de raspaduras de cuerno de ciervo era la receta perfecta para regularizar la menstruación.

Milpiés: Chanchitos de tierra o bichos bolita. Para el asma se necesitaban milpiés cogidos vivos y muertos por tratamiento con vino o sometiéndolos a la acción del agua caliente o alcohol. Planos, secos, molidos y desleídos en agua, se aplican dos veces al día en las mejillas y quitan los dolores de muela. Aplicado en la parte donde entró alguna espina o astilla, la hacen salir.

Mumia: no se tiene claro qué es, pero se dice que era la carne descompuesta por la putrefacción. Otros decían que era la sustancia producida en el cuerpo humano al momento de la muerte y otros indican que sería la materia exudada de los cadáveres embalsamados y que aparece en los sarcófagos. Con todo, era un líquido viscoso que se utilizaba en las lesiones ocasionadas por golpes o caídas, para detener las hemorragias y una pronta coagulación de la sangre. Se ingería. Este producto se conseguía en Egipto y Siria, pero debido a su demanda, en Europa comenzaron a falsificar los cadáveres. Robaban cuerpos durante la noche, le extraían las visceras y el cerebro, las secaban en hornos, salaban, aromatizaban y untaban con betún de judea y después de dos o tres meses, los vendían como momias egipcias.

Polvo de momia para sanar heridas y soldar huesos automáticamente



Nitro ácido: es el ácido nítrico que se usaba muy diluído en bebidas, en diversas afecciones febriles y colutorios y gargarismos en aftas venéreas. Se consideraba provechoso en afecciones renales y toda suerte de obstrucciones.

Panacea mercurial: compuesto de ácido muriático y mercurio, se usaba como componente principal de medicamentos para enfermedades tan variadas como la tos convulsiva (coqueluche) hasta la sífilis, pasando por herpes, psoriasis, problemas digestivos y un largo etc.

Parietaria: Es la Parietaria erecta o parietaria officinalis, es una planta trepadora conocida como pelosilla, vidriola o hierba de San Pedro. Se usó com diurética y emoliente. El agua de parietaria y de cabezas de rosas con vitriolo de Hungría y cardenillo tuvo mucho uso en el tratamiento de úlceras del pene, que ciertamente eran de origen sifilítico.

Polvos de estiércol de pavo real: Era considerado como tratamiento contra la epilepsia.

Petróleo: Se le consideró un excelente fortificante, antiespasmódico, vermífugo y tenífugo. Se usó en la tisis y al exterior en el tratamiento de úlceras, sabañones, gangrena, reumatismo y parálisis.

Piedra bezoar: Contraveneno por excelencia, estaba en todas las casas del país. Habían dos tipos de piedra, la americana y la oriental. Para el caso de la piedra bezoar americana, eran cálculos compuestos de fosfato de calcio y magnesia y que se forman en el estómago de animales rumiantes como podían ser llamas, vicuñas, guanacos, alpacas, tapires y venados americanos. Para el caso de Chile, la más común era la piedra extraída de guanacos. Se usaba en caso de intoxicación, cualquiera fuera el veneno causante, en la fiebre tifoidea en el tabardillo ya para curar la melancolía y el mal del corazó y calentura pestíferas. Se administraba moliéndola e incorporando su polvo en algún licor que sea a propósito del mal que cura, ya sea vino, vinagre, agua de azahar, etc. y en el exterior, pulverizándola dentro de un corte practicado en el punto donde se fue mordido.



Piedra Bezoar poderoso contraveneno


Piedra esmeralda: es la piedra preciosa de color verde y se usaba como talismán o raspado. En el caso del raspado, se usaba para estancar las diarreas y los flujos de sangre y para dulcificar los humores acres. Para resistir el veneno y para la epilepsia. Como talismán, funcionaba desde el 21 de Junio hasta el 20 de Julio y a quien lo portaba le daba esperanza, conservaba la vista, predispone para conocer el porvenir y conservar la castidad, hace rico al que la posee, se vuelve elocuente y se quiebra cuando se realizan actos carnales ilícitos. En el caso de las parturientas se debe atar encima de la pierna izquierda para hacer buen parto.

Piedra de águila: variedad de limonita que presenta en su interior una cavidad a modo de geoda que contiene otro núcleo menor que suena al mover la piedra. Se decía que estaba preñada de otra piedra y por eso se usó como amuleto para los embarazos. Podía provocar el parto, llevada en el brazo impedía el aborto, usada en el muslo favorecía el parto solo si se llevaba un tiempo corto, ya que si el contacto con la piel del muslo era prolongado podía hacer salir el útero de su sitio.

Piedra de águila, amuleto para quedar embarazada

Piedras de tribu: la fórmula del Hospital de San Juan de Dios de Madrid contenía azufre, sublimado, antimonio crudo, mercurio vivo y jabón medicinal y se usaba en el tratamiento de la sífilis.

Rana: las ranas con sus múltiples usos tanto cocida, cruda o molida. Como caldo se le daba quienes estaban débiles, por cuanto la sangre está acre y privada de jugo alimenticio. En polvo, se hacía un amuleto junto con piedra de araña para usarlo en el muslo de la parturienta para que expulsara el feto y las secundinas (placenta) con mayor facilidad. En el caso de las menstruaciones copiosas, se ponía sobre el ombligo y se detiene el flujo. La rana viva se usaba como tratamiento contra el cáncer. Para el cáncer úlcerado, se ponía viva sobre la llaga y se ataba con una venda durante 24 horas. Si la rana estaba comida, es que el cáncer estaba vivo; si estaba intacta, el cáncer estaba muerto entonces se aplicaba emplasto negro. El cáncer era considerado un ente vivo que se comía a las personas de a poco, por eso le daban a comer la rana. El emplasto de rana se hacía con ranas vivas, lombrices, múltiples hierbas y flores, manteca de oso o de víbora, trementina, incienso, mirra y otros. Se usaba para dolores por frío y resolutivo de tumores. Si se le agregaba mercurio, el emplasto era usado en casos de sífilis, en los abortos y para estimular la salivación.

Sal de Saturno: Es acetato neutro de plomo y se utilizaba para las diarreas colicuativas, sudores de tuberculosis y neuralgias, catarros crónicos, hemoptisis, etc. En el exterior se usó como astringente y secante.  

Sal de víboras: las víboras, ofidios y serpientes, se destilaban y se usaban para la mordedura de serpiente y de otros animales venenosos y en el escorbuto, además, se le consideraba ideal para las apoplejías, convulsiones, parálisis y otras enfermedades frías del cerebro.

Sangre de macho: Desde muy antiguo se usó la sangre de macho cabrío no castrado, como litiásico. En Europa se le prensaba en forma de tabletas con arcilla y en una de sus caras se sellaba la imagen de un cabrón.

Cuerno de unicornio: eran los cuernos de órix que se vendían por unicornios reales. Su uso era como detector de venenos. Se decía que si se moja el cuerno en agua, se hace un círculo sobre una mesa y se coloca un escorpión o una araña, éstas morían por no poder salir del círculo.

Uña de la gran bestia: La gran bestia es la pezuña del ante o alce. Se creía que este animal sufría ataques de epilepsias, por lo tanto, cuando una persona tenía un ataque, inmediatamente este cesaba cuando se le introducía la pezuña posterior izquierda por la oreja del mismo lado. Los conquistadores llamaron gran bestia al tapir americano, y su uña y raspadura era utilizado en tratamiendo contra la epilepsia.

Usnea: Antiguamente, todo lo que se recogía de la cabeza de los ahorcados, se llamaba usnea y se pagaba por ello un alto precio para usarlo en tratamiento contra la epilepsia. Posteriormente, las virtudes curativas se atribuyeron a un moho que crecía en las calaveras de hombres y mujeres que fueran abanadonado por largo tiempo. Con este moho se hacía el Unguentum Sympatheticum, que cura las heridas sin recurrir a la administración de otros unguentos. Lo principal era solo servía aquel que creciera en las calaveras de los ahorcados o ejecutados por sus ofensas.

Usnea para la epilepsia

Verrugas de caballo: se tomaban en polvo para que los alcohólicos inveterados abandonen el vicio y lo conviertan en horror por el licor.




Fuentes:

- La Botica de los Jesuitas de Santiago. Enrique Laval.   

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